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21.03.20 | Reseña de I AM NOT A DOG ON A CHAIN


MORRISSEY
"I AM NOT A DOG ON A CHAIN"

BMG / étienne
20 de marzo de 2020


Reseña: Alvaro Torres
(exclusivo para Typical Me)


El año pasado nos vimos invadidos de listas con lo mejor de la década y una tendencia de esas listas es encontrar en los primeros puestos a aquellos que los críticos consideran más modernos en sonido o que “han sabido envejecer”. Así sucedió también con las décadas anteriores y con la década de los 90 era imposible encontrar al VAUXHALL & I o YOUR ARSENAL entre los favoritos de Pitchfork o NME, por citar dos medios influyentes. No exagero si digo que ni siquiera fueron mencionados.  

Con esa idea dando vueltas, hice mi tarea y reescuché muchas canciones del largo catálogo de Morrissey para indagar sobre alguna inclinación a experimentar durante sus más de 30 años de carrera como solista y para rebatir esa idea del “sonido de siempre” que maneja mucha prensa musical. Quise revisitar esas que me parecieron curiosas como “Black Eyed Susan”, que en su momento la tomé como una movida ingenua de su partner Alain Whyte con ese intermedio interminable que siempre adelantaba cuando ponía el CD, como también pasaba con la introducción infinita de batería en “The Operation” del SOUTHPAW GRAMMAR. Pero ahora, hasta me resultaban travesuras entrañables. Quise darle otra mirada también a canciones de largo aliento como “Southpaw” o “This Is Not Your Country” (hermoso lado B del MALADJUSTED) por ejemplo, que te dan una idea que esas canciones largas también tienen un propósito para su compositor, que lanza colores diferentes a los esperados en ese lienzo blanco y extenso, con la clara intención artística de probar algo distinto. En ese sentido, su cumbre definitivamente es “Life Is A Pigsty” del 2006 que pudimos escuchar en vivo en su última gira por Sudamérica.

Toda esta introducción, me sirve de referencia para entender una canción como “The Secret Of Music”, tan incomprendida y vapuleada en las primeras impresiones de muchos fans. “I am out of tune” canta Mozzer en varios pasajes como si se tratara de un ensayo, de las previas a una grabación mientras va haciendo check a cada instrumento de la orquesta. Tiene una duración de casi ocho minutos pero, como he dicho antes, es en estos formatos donde Moz experimenta alguna textura o sonido nuevo o distinto dentro de su cancionero tradicional donde predomina el pop. Ahí se encuentra su mejor experimento a la fecha: la ya nombrada “Life Is A Pigsty”, rara por donde se le vea, hasta da la impresión de ser un collage de retazos ensamblados por pinceladas electrónicas pero que en su conjunto es una joya en toda regla: dramática, sobrecogedora y musicalmente innovadora para el sonido del de Manchester. 

Regresando al nuevo álbum, este inicia con “Jim Jim Falls”, catarata australiana cuya geografía sirve de excusa para que, a diferencia de un pozo de los deseos, realices lo que anhelas, o en la pluma del mancuniano: “Hazlo y deja de hablar de ello”. Al escucharla por primera vez y mientras revisaba de que iba, pasó por mi cabeza la letra de “Sing Your Life” pero el humor negro terminó desviándola a una entidad distinta, propia de un guión de los geniales Monty Python o de su adorada Roseanne Barr. Aquí, Moz no anima al tímido a cantar, a soltar su voz y “cantar su vida” en canciones. Teniendo a la cascada como testigo, exige que saltes, cantes, vivas o te quites la vida si es lo que deseas. Y si estás en el mundo de Morrissey, no debes sentirte mal si algunas risas se escapan al final de la canción.

Lo primero que escuchamos de este disco fue “Bobby, Don’t You Think They Know?”, lanzada en enero de este año, y recibida tibiamente por muchos fans, entre los que me incluyo. Luego de varias escuchas y detenerme en sus detalles, me rendí a su encanto. Tanto por decir de este extraño pero exquisito single sin dejar de mencionar en primera instancia la voz de Thelma Houston acompañando al cantante en esta suerte de soul de Marte con ese órgano Hammond endemoniado y esos saxos que ensucian toda la atmósfera de por si ya enrarecida por esa oscuridad con que inicia la canción, con esos teclados que me remitieron a los Depeche Mode del SONGS OF FAITH AND DEVOTION y esa solemnidad en la voz del bardo que se va disipando mientras corren los minutos. Volviendo a la cantante de “Don’t Leave Me This Way”, resulta, por decir lo menos, puro embrujo su intervención en los casi seis minutos de “Bobby”, sobretodo cuando “conversa” con el cantante, acertando o completando sus líneas en buena parte del tema. Una delicia absoluta. Sin duda, la mejor canción del disco y una de las mejores de la carrera del inglés. 

“Love Is On Its Way Out”, otro acierto de Gustavo Manzur en la composición acompañando al genio, como siempre, con devoción. Y eso es algo que siempre se le va a agradecer al colombiano: su entrega y capacidad para insertar flamenco, tango, vals y cuánto género musical haya querido probar el vocalista de los Smiths. A la primera escucha pensé que habían convocado a Grimes para esos coros salidos más de un sintetizador que de una voz humana, marca registrada de la estupenda cantante canadiense. La sorpresa es que se trata de la hija del propio Manzur, Kaia, incursión realizada con éxito y cuyas voces matizan hermosamente la canción. El rush final de cómo se revela lo qué es el amor para alguien desesperanzado en este mundo perverso es demoledor. 

Thelma Houston y Moz en el Hollywood Bowl, el 26/10/2019
FOTO via Morrissey Official (Facebook)

“Send me the pillow that one that you dream on and I’ll send you mine” decía el verso escondido en “Some Girls Are Bigger Than Others”, himno indiscutido de The Smiths y casi 35 años después el fetiche con la almohada no ha desaparecido un ápice. El poeta canta: “Querida, abrazo una almohada en tu ausencia / Querida, abrazo una almohada para reemplazar tu cara”, y mi línea favorita: “¿Por qué no puedes darme algo de amor físico? / Todo lo demás está en su lugar excepto el amor físico”, coro que lo realiza a dúo con una voz femenina de nombre Sally Chae. Compuesta por Mando López quien arrancó colaborando con Moz desde el disco anterior y entregó joyas de alto calibre como “My Love, I'd Do Anything For You”, la bellísima “Home Is A Question Mark” y un lado B de antología: “Never Again Will I Be A Twin” que, a decir verdad, son las mejores del LOW IN HIGH SCHOOL. Aquí, aparece como el más experimentado a pesar de su incipiente carrera como compositor y adorna con trompetas de mariachi todo el lamento de nuestro héroe. El resultado es una de sus más bellas canciones y entre mis preferidas de este álbum, debo confesar.  

El momento más pop del disco, con ciertos aires country, está a cargo de Jesse Tobias quien junto a Boz Boorer (ausente en la composición en esta ocasión) es el que se anota siempre los temas más pegadizos de los últimos trabajos del británico (“All You Need Is Me”, “If You Don't Like Me Don't Look At Me”, “The Bullfighter Dies”, “Kiss Me a Lot”, entre otras). “What Kind Of People Live In These Houses?”, pregunta que quizás muchos nos hemos hecho más de una vez, va más allá del deseo de fisgonear la intimidad de estos “desconocidos” y Morrissey toma el camino-cómo no- de la ironía sobre sus rutinas y un terror al cambio que se transmite de padres a hijos (desde lo que van a vestir hasta quién los va a gobernar).        

Repite Tobias con la canción que da título al álbum y “Knockabout World”. “I Am A Dog On A Chain” va por la línea de cuestionar lo establecido, ya no estando todo el día en cama como predicaba en señal de protesta en su primer single del LOW IN HIGH SCHOOL sino levantando tu voz "fatter than fists, louder than blows", consecuencia tal vez de todo el pleito con The Guardian y otros medios de prensa que lanzaron acusaciones en su contra. La segunda, con todo lo que está ocurriendo en estos días de pandemia y cuarentena, resulta estremecedora. “Congratulations / You have survived… / You're still alive”. Moztradamus is in da house.

El universo de personajes masculinos a lo largo de su carrera, muchos protagonistas de sus canciones (“Our Frank”, el David de “The National Front Disco”, “Papa Jack” o Hector de “The First Of The Gang To Die”) o referenciales en otras (Patrick Doonan en “Now My Heart Is Full” o Claude Brasseur en “At Last I Am Born”) han dado espacio en sus últimos discos a Carol, Jacky, la chica de Tel Aviv y ahora Ruth. O John, según lo que nos narra Moz en “The Truth About Ruth” donde se revela la verdadera identidad de la protagonista y las consecuencias que eso conllevará en un mundo “mal equipado”. Sombría canción sobre quizás su primer personaje trans y donde los alegres y lejanos lá-lá-lá-lá seguidos de la encantadora línea donde su autor jugaba con las identidades de género “You're a girl and I'm a boy/I'm a girl and you're a boy” en “Sheila Take A Bow” de The Smiths, aquí ya no tienen cabida.

El cierre con “My Hurling Days Are Gone” no puede ser más conmovedor. Es conocida la relación de Moz con su madre por lo que verla mencionada en una canción en la que se hace referencia al paso del tiempo, anticipa una carga emocional particular. Como con “Mama Lay Softly On The Riverbed” del YEARS OF REFUSAL que si bien no es autobiográfica, su dramatismo hace que corras y abraces a la tuya como único refugio. En MALADJUSTED, su último álbum de los años noventa y que servía de excusa para un balance personal luego del golpe anímico y financiero que fue el juicio con Mike Joyce, albergaba una mirada compasiva con “Papa Jack”, que ve disminuida sus capacidades por los años que van llegando inmisericordes. Ahora "Papa Jack" y su creador se miran uno al otro y mientras uno quiere abrazar a sus hijos otra vez, el otro predice sus últimos años con el recuerdo de su madre y su oso de peluche.

Morrissey regresa por todo lo alto (definitivamente su mejor álbum después del YOU ARE THE QUARRY) y en realidad, no es ninguna sorpresa. Estamos hablando del hombre que comandó la mejor banda de la década de los ochentas al lado de otro grande que es Johnny Marr, con el que aprendió a calzar sus palabras en las sagradas notas del guitarrista. La belleza de estas nuevas canciones tienen un largo antecedente y es resultado del peso artístico de quien siempre luchó por la calidez de las armonías y entregó literatura en las letras de sus canciones con el único instrumento que pudo y quiso tocar: su voz.


Vinilo rojo transparente, exclusivo para tiendas de discos independientes
FOTO via The Smiths & Morrissey Rarities (Facebook)



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Typical Me - The Smiths y Morrissey en Español por Alejandro Kapacevich & Ceci Gómez Kapacevich bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.